Lamparina es una iniciativa de Martín Zaitch. Inspirado en la Columna Sin Fin del escultor Constantin Brâncuși, diseña una lámpara colgante que puede hacerse con el reciclado de botellas de lavandina.
El espíritu del diseño de Lamparina hace que sea ideal para el trabajo en conjunto entre organizaciones de la sociedad civil. Por eso el proyecto se realiza en cheLA junto a las cooperativas de recicladores El Amanecer de los Cartoneros y Trascartón.
El proyecto implica la transformación y el agregado de valor a un material reutilizable, posibilitando un microemprendimiento a partir de un objeto de diseño de producción artesanal y potencial de comercialización.
Lamparina es una lámpara hecha con envases de lavandina de un litro, reutilizando este residuo urbano muy abundante en la ciudad de Buenos Aires. La unidad básica del diseño, que materialicé en el 2001, está formada por dos envases apareados por sus bocas, generando un objeto espejado de otro orden que disuelve la percepción cotidiana de la habitual botella plástica de lavandina. En la repetición de este módulo básico Lamparina adquiere su forma final, de 2 metros de largo, con resonancias de la Columna sin Fin del escultor Brancusi. La utopía del crecimiento infinito (y el vínculo tierra-cielo) es traducida en clave pop: la liviandad del material hace innecesario el pedestal y la sustentación se realiza colgándose de arriba. La iluminación se resuelve mediante tiras de leds interiores. Martín Zaitch.
Este proyecto cuenta con el apoyo del programa de Fortalecimiento a Organizaciones de la Sociedad Civil del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.